Cuando se habla de árboles frutales es
importante saber que generalmente están formados por dos partes
diferentes. Una es la raíz, a la que se le conoce como
portainjerto o patrón, y la otra es la variedad, que en este caso es
la que proporciona la fruta. Ambas partes se encuentran unidas por el
injerto, tema del cual queremos hablarles en esta ocasión.
¿Qué
son y para qué sirven los injertos frutales?
Como ya hemos dicho, el injerto esta formado
tanto por el patrón como por la variedad, por lo tanto, injertar consiste
simplemente en unir o insertar una parte de una planta en otra, permitiendo con
ello que queden unidas y se desarrollen formando una sola planta. Cabe
mencionar que esta práctica del injerto se viene realizando desde la
antigüedad, por lo que se han podido transmitir de generación en generación,
diferentes variedades frutales de gran interés.
Es importante entender que la sola propagación
de la semilla no produce la variedad deseada, al no generar fielmente sus
características como consecuencia de la disgregación de sus rasgos
genéticos. El injerto por su parte, ofrece una serie de
beneficios que incluyen por ejemplo:
Propagar una variedad o especie que de otra
manera no se podría conseguir o al menos sería muy complicado lograr.
Beneficiarse de las características de
determinados patrones que son capaces de vegetar en ciertas superficies donde
el cultivo no tiene oportunidad de subsistir por cuenta propia.
Otra de las ventajas de los injertos frutales
es que permiten cambiar una variedad por otra más comercial, algo que se conoce
como reinjertación.
Permite cultivar variedades de árboles
frutales que son sensibles a enfermedades de raíz o de cuello, utilizando
patrones más resistentes.
El objetivo fundamental de los injertos en
árboles frutales consiste en permitir la multiplicación de una variedad o de
una mutación de la yema o la semilla, manteniendo sus características
debido a que con los injertos no existe la disgregación de las mismas. El
injerto se utiliza para propagar especies que no tienen la capacidad de
producir semillas viables en determinadas condiciones ambientales. También se
usan en especies que producen muy pocas semillas o en especies que no tienen
una tolerancia parcial o total a la propagación por estacas.
Muchas veces los injertos frutales también se
emplean cuando se quiere adaptar los árboles a diferentes condiciones
tanto de clima como de suelo.
Condiciones que debe cumplir un injerto
frutal para que funcione
Existen ciertos requisitos o condiciones que
se deben cumplir para que un injerto frutal funcione y nos ofrezca las
resultados deseados.
Tanto la variedad como el patrón,
necesariamente tienen que ser compatibles. En otras palabras, deben tener la
capacidad de poder unirse y formar una única planta.
Tanto la variedad como el patrón, tienen
también que proceder del mismo material vegetal sano, por lo tanto no deben
presentar ningún tipo de enfermedades y además deben estar libres completamente
de virus.
En el caso del cambium o zona generatriz, que
es el área que se localiza debajo de la corteza, del patrón, así como de la
variedad, deben quedar en pleno contacto.
Además, el injertado tiene que hacerse
en la temporada adecuada para que tanto la variedad como el patrón, se
encuentren en estado fisiológico adecuado para llevar a cabo la actividad
vegetativa. Si se encuentran dificultades para separar la corteza, generalmente
esto es un indicador de que la temporada para el injerto no es la adecuada.
Justo después de hacer el injertado, todas
las áreas cortadas deben protegerse con cuidado utilizando una cinta plástica o
una pasta protectora. Esto se hace con la intención de evitar la desecación,
así como para prevenir infecciones en los tejidos de la planta.
Finalmente, también se debe cuidar y
comprobar regularmente los injertos hasta que la variedad crezca lo
suficiente. En este punto se deben eliminar los rebrotes del patrón, así como
entutorar el brote de la variedad.
¿Cómo
se clasifican los injertos frutales?
Actualmente existen diferentes tipos de
injertos frutales que en la práctica no ofrecen gran beneficio, mientras
que otros guardan ligeras diferencias entre si. Por lo general se utilizan dos
tipos diferentes de material vegetativo:
La púa o trozo de rama de un año con 2 o 3
yemas
La yema con o sin madera adherida, en función
del tipo de injerto
Cabe mencionar que los injertos más prácticos
y que de hecho son los más recomendables, son por ejemplo los injertos de púa,
incluyendo la hendidura, la corona, el costado o el inglés. Si se toma en
cuenta la temporada de ejecución
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